No me gustan las cucharitas esas de dos materiales. Esas que tienen la parte de la cuchara, digamos, de metal y después el mango de plástico o de madera.
Desde hace un tiempo me obsesiona que ahí, en la unión de los materiales, se juntan restos de comida y cosas que forman algo nuevo y que, si los pusiera (o pusiese) en contacto con el agua caliente del té o del café, se desprenderían e irían a dar dentro de la bebida.
Aunque después me coma un yogurt con bifidus activos (que no son otra cosa que bichos).
2 comentarios:
a mí tampoco me gustan esas cucharitas.
A mí tampoco me gustan y hasta no leer este post no sabía muy bien por qué. Ahora me diste razones. Y en mi depto está lleno de ellas :-p
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