domingo, octubre 24

luz

Cuando los miedos desaparecen entra la luz, diría mi psicóloga en esa línea mística que tiene. En realidad ella dice "el amor" no la luz. Ella dice, donde entra el amor desaparece el miedo, no hay lugar para ambas cosas. Y también dice que el amor tiene que ser fácil. Ella dice muchas cosas que muchas quisiéramos creer. Pero hay un punto donde una empieza a ser desconfiada y aunque siempre apueste al amor, termina despertándose sin saber qué pasa chupando un palo sentada sobre una calabaza como dice Serrat. Y la ola te revuelca un poco, pero te volvés a parar y lo intentás de nuevo, porque esa es la filosofía de la casa, no quedarse en el suelo por mucho tiempo. Pero los intentos vuelven a ser fallidos y las olas ni siquiera son muy grandes pero igual te dejan en la orilla.

Hasta que un día, sin planearlo, aparece un bote y te invita a navegar. Aunque te subís desconfiada al principio vas sintiéndote segura y a salvo, y la luz aparece y los miedos se fugan y no hay revolcón en la orilla, ni golpes en las rocas, se navega y se navega, y se avanza y se descubren nuevos horizontes, y eso se parece bastante a la felicidad. Y puedo llegar a la conclusión de que tenía razón mi psicóloga, todo puede ser más fácil, o por lo menos debería.