domingo, julio 25

universo

Parece que nos estamos poniendo espirituales. De algo hay que agarrarse ¿no?, supongo que será eso. Últimamente nos encontramos hablando de señales y energías enviadas al universo esperando que nos las devuelva. Parece que marcar el número correcto es la alternativa, el problema es que no siempre sabemos cuál es la característica. Haciendo arreglos de diez números tomados de algunos vamos intentando llamar al lugar indicado.

En algún caso está funcionando, me había quedado sin gas en la estufa y estaban de paro los que envasaban por lo que no se conseguía garrafa. Llegué a casa a las 21 y 30 horas pensando en cómo iba a sobrevivir a la noche sin morir congelada y ¡zas! En la puerta un repartidor entregándole una garrafa a una vecina que aceptó que yo le comprara otra. Estaba a salvo, no moriría de hipotermia.

Hace dos días empezaba a darme vueltas en la cabeza el hecho de que encarar la tesis de doctorado quizá era algo que debería descartar. Sin tiempo, y cada vez menos motivación, tendría que asumir que a lo mejor esta no era tarea para mi y que lo académico empezaba a quedar fuera de mi horizonte. Ese mismo día una amiga mexicana que cursó conmigo se doctoró con honores y una llamada que habíamos estado esperando desde hace meses se concretó para confirmarnos que podemos hacer el libro. El tema de dicho libro roza con mi tema de tesis lo que se transforma en una motivación en sí y la autora, de la que seré ayudante, lo promueve todo así que nuevamente empecé a estar en carrera...

Sé que todo depende de la mirada, pero estoy viendo señales por doquier. El universo está confabulando a nuestro favor. ¡Parece que conseguimos la contraseña correcta! Ahora será cuestión de usarla debidamente.

lunes, julio 19

cambios

A veces las cosas cambian sin que una se lo proponga. Otras veces con mucho esfuerzo. Creo que esta vez fue una mezcla de ambas. "Tal vez fue algo de la puesta de sol, o algún efecto secundario del té"... lo cierto es que la tristeza se fue. Un día me encontré vacía de angustia, ya había llorado todo lo que tenía para llorar, había mirado todos los vasos medio vacíos y sufrido todos los dominios de todos los domingos. Entonces, de repente, me cambié de lugar, ya no estoy donde estaba, no tengo claro donde estoy ahora, pero seguro que en un mejor lugar donde, a pesar de ser invierno, el sol sale todos los días.

sábado, julio 3

celeste

La "celeste" es una camiseta sufrida. Tiene un pasado glorioso asociado a una hazaña conquistada hace 60 años pero después, y sobre todo para nuestras generaciones, siempre fue una historia de derrotas y esperanzas frustradas. Hace 40 años, dicen los que saben, logramos llegar a este mismo lugar, pero aquella vez terminamos cuartos. Eso es lo más abajo que podemos quedar ahora también, pero también está toda la esperanza de dos partidos que nos pueden llevar a ser campeones.

No importa lo que pase, la fiesta ya se está viviendo, la alegría en la calle, las banderas en las casas y en los autos, los niños vieron a Uruguay en el mundial primero y después lo vieron ganar y llegar hasta el final. Nuestras generaciones nunca vieron esto.

Si existen los milagros ayer nos los gastamos todos, pero seguimos y las esperanzas se redoblan, aunque como buenos uruguayos (medidos) todos decimos que con esto ya nos damos por satisfechos, en el fondo es para evitar las frustraciones, pero queremos ser campeones sin dudas.

Tabarez dijo ayer que "algo nos empuja a la gloria", y a coro contestamos, y sí, tres millones de personas están empujando, todos fuimos Suárez metiendo mano en el arco, todos fuimos el travesaño rechazando el penal que nos podía despertar del sueño, todos fuimos Muslera atajando los penales y todos fuimos Abreu, picándola y todo.

Si podemos tomar el fútbol como metáfora de la vida ¿será momento de sacarnos el peso de la historia y construir la nueva mirada?