jueves, julio 24

tía

El fin de semana pasado tenía planeado irme para afuera ya que era uno de los dos fines de semana largos del año. Al final, por varias razones que no vienen al caso, terminé quedándome en Montevideo sin el previsible desenchufe que hubiese provocado la otra alternativa.

Salí con amigos, dormí, trabajé un poco en casa, me puse en orden y, sobre todo, hice de tía. Creo que es el mejor rol que uno puede jugar en la vida.

Los sobrinos son lo mejor. Están cercanos porque, como en mi caso, mi hermana está cercana entonces los ves crecer por lo menos semanalmente, podés sacarlos a pasear, malcriarlos un poco pero no tanto como lo harían los abuelos normales y cuando estás cansada se los devolvés a sus padres para que se hagan cargo.

El sábado pasado llevé a mis dos sobrinos al cine. Siete y tres años. Kung Fu Panda fue la película elegida por el más grande. La chica no quiso quedar fuera del plan aunque sabíamos que se iba a aburrir, pero prometió que eso no sucedería. Cosa imposible de prometer pero que ella todavía no lo sabe.

Mis sobrinos divinos, a pesar de las idas al baño, el desparramo de pop, y baño con un vaso de agua de la más chica lo que le implicó estar mojada y por lo tanto a upa de la tía que la tapó con una campera para que no se congelara, fue una experiencia buenísima.

La película, absolútamente recomendable, divertida y con mensajes para los torturados como una:

- Los accidentes no existen, todo pasa por algo.

El Panda después de un día de entrenamiento en donde recibió muchísimos golpes decide no renunciar y le responde al maestro:
- Todos esos golpes, que sí me dolieron mucho, no se comparan con lo que duele ser yo todos los días...

Uff, ¡qué frase!

Volví a casa con los brazos adoloridos por cargar con mi sobrina 4 cuadras hasta su casa pero feliz.

ánimos

Me he dado cuenta que los estados de ánimo influyen sobremanera en mi necesidad de escribir en el blog. Un amigo me dijo que mi blog tenía una melancolía "darnauchansesca" y yo, además de sentirme en cierta forma halagada, me sorprendí.

Hoy, a varios días sin aparecer por el ciberespacio bloggero me doy cuenta que eso se debe, además de a mi melancolía vital, a que en general escribo cuando estoy conmovida por la tristeza o algún sentimiento similar.

Mi amiga M.E. ayer me conminó a que apareciera y acá estoy. Nuevamente en el ruedo, después de la tormenta.

miércoles, julio 16

huracanes

Parece que los vientos se aplacaron, el agua está bajando y el sol amenaza asomar. Ahora estamos intentando volver a poner las cosas en su lugar, reacomodando las que quedaron en medio del camino y dificultan la movilidad. Algunas magullones en el cuerpo que procuramos sanar aún quedan, pero nada grave, sólo es cuestión de volver a acomodarse.

miércoles, julio 9

escaleras

En mi ruta cotidiana mañanera de casa al trabajo el paisaje me ofrecía varias escaleras hoy. Algunas tenían personas arriba peleando con cables pero otras estaban ahí, solas, como invitando a subir a algún lugar. Obviamente ni lo intenté porque el final contra la pared estaba ahí nomás y era perfectamente visible. También evité pasarles por abajo, por aquello de la mala suerte.

Ojalá una pudiera tener esa conducta frente a otras cosas también, si subir implica no llegar muy lejos y aproximarse demasiado un peligro o por lo menos un atentado a la suerte nos iría mejor. Habrá que aprender a esquivar estos elementos que nos pueden traer riesgos innecesarios.

martes, julio 8

poseída

¿Qué se hace cuando una se siente poseída por otra que no le gusta y la hace pasar mal y hacer cosas que van contra sus principios más profundos?

¿Cómo hago para sacarme a esta del cuerpo?

domingo, julio 6

guerrera?

- No, no me preocupa que haga nada porque ella es fuerte. Es como nosotras, es una guerrera pero entra a la cancha jugando de "débil".
- Si es como nosotras, es débil y juega de guerrera...

again

Frío, humedad, domingo de tarde y una aplanadora por arriba. No dejo de preguntarme cosas e intentar encontrar respuestas. Esto no está bien, creo que nunca lo estuvo, pero cada vez soy más vieja y eso pesa...

Por supuesto que vendrán tiempos mejores. El problema es si yo estaré ahí para verlos...

martes, julio 1

bohemio

Hace semanas que cuando corro por la calle Canelones de mi casa al trabajo me cruzo con un personaje que me despierta algunas fantasías.

Es joven, no creo que pase los 30. Siempre está, a eso de las 9 de la mañana, apoyado en la pared de la entrada de una pensión que hay en esa calle. Usa boina, siempre está con el mismo pantalón y campera deportivas, de medias, chancletas y fumando un cigarro armado con boquilla.

Pienso que quizá la vida de algunos escritores como Cortázar sería así, claro que no en Montevideo sino en París, el París de Rayuela por ejemplo. Pienso que quizá este tipo sea un escritor del interior que vino a Montevideo a probar suerte, que vive en una pensión por falta de plata pero también porque tiene cierto romanticismo. Qus sus días pasan en la habitación y como un ritual sale a fumar esa hora y ver el día y la gente que pasa para inspirarse...

También pienso en Felisberto y algunos personajes que son viajantes de comercio... No sé, tiene una mezcla de decadencia y misterio que me seduce. Parece más bien de otra época, de otro Montevideo, de una bohemia que creo que no existe, de un lugar que ya pasó...