Me he dado cuenta que los estados de ánimo influyen sobremanera en mi necesidad de escribir en el blog. Un amigo me dijo que mi blog tenía una melancolía "darnauchansesca" y yo, además de sentirme en cierta forma halagada, me sorprendí.
Hoy, a varios días sin aparecer por el ciberespacio bloggero me doy cuenta que eso se debe, además de a mi melancolía vital, a que en general escribo cuando estoy conmovida por la tristeza o algún sentimiento similar.
Mi amiga M.E. ayer me conminó a que apareciera y acá estoy. Nuevamente en el ruedo, después de la tormenta.
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