jueves, noviembre 13

señora

Ayer a las 6 de la tarde me tomé un omnibus para ir de uno de mis trabajos al otro en el que tenía una reunión. A esa hora, como es de suponer, iba mucha gente y estaba complicado poder pasar al fondo porque no había lugar. Mi viaje era corto y quedé en medio del omnibus lleno de gente para ambos lados. Así que unas cuadras antes de mi parada empecé a pasar al fondo, "permiso, permiso, permiso...".

Detrás de mi, y aprovechando mi apertura de camino, venía una señora. Cuando llegué a la puerta, como tres cuadras antes de la parada aún, la mujer me pregunta: "Baja en la próxima". "Sí", le contesté, y pensé: "no, vine hasta acá porque me gusta sentirme apretada por la gente en un día de 30 grados". A lo que la señora me ordena: "Apretá el botón".

- Sí señora, todavía faltan dos cuadras.
- Lo que pasa es que sino después no para - me respondió.

Está bien, cada uno tiene sus manías, pero obligar a los demás a seguirlas es molesto.

Señora: si usted necesita tocar el botón que le pide al conductor del ómnibus que pare en la próxima parada apenas saliendo de la parada anterior vaya al fondo antes. Si usted llega después tendrá que someterse al riesgo que implica que el que está delante suyo, y que también se va a bajar, toque el botón cuando se le cante.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

uyy daba pa tanto o era un mal día?

dijo...

Aveces todo se pone "molesto"
besotes!