lunes, octubre 6

lambada

Hoy en la primaveral mañana caminaba rumbo al trabajo, tratando de respirar lo menos posible para no comerme las pelusas volantes de los plátanos (elemento alergénico por excelencia), y escuché el ruido de la lambada. Pensé que las 9 horas que había dormido la noche anterior (una eternidad para las que venía durmiendo) me habían transportado en el tiempo a la navidad de 1990. Pero no, ese ruido, repito, era del camión que reparte garrafas de gas y que llevaba a modo de anunciar su presencia la música de la lambada reproducida por algún elemento que sonaba a lata más que a música.

Las estrategias de marketing son algo muy ajeno a mí pero ¡la lambada!?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es obvio que el elemento de marketing dio resultado a tal punto que a 100 km. del suceso me acabo de enterar por estar publicado en internet. acaso no eso lo que se busca? No hay que menospreciar el "marketing popular" por parte de los "elevados"
Los alérgicos no me caen bien , les suele molestar todo pero ta´que le vamos hacer...existen