miércoles, julio 9

escaleras

En mi ruta cotidiana mañanera de casa al trabajo el paisaje me ofrecía varias escaleras hoy. Algunas tenían personas arriba peleando con cables pero otras estaban ahí, solas, como invitando a subir a algún lugar. Obviamente ni lo intenté porque el final contra la pared estaba ahí nomás y era perfectamente visible. También evité pasarles por abajo, por aquello de la mala suerte.

Ojalá una pudiera tener esa conducta frente a otras cosas también, si subir implica no llegar muy lejos y aproximarse demasiado un peligro o por lo menos un atentado a la suerte nos iría mejor. Habrá que aprender a esquivar estos elementos que nos pueden traer riesgos innecesarios.

1 comentario:

dijo...

Aprendemos de los errores... y si no pensaramos tanto????
un abrazo