tag:blogger.com,1999:blog-335242832024-03-07T01:49:01.235-03:00esperando el estirónkariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.comBlogger332125tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-83556083457663549312010-10-24T19:01:00.004-02:002010-10-24T20:04:28.717-02:00luzCuando los miedos desaparecen entra la luz, diría mi psicóloga en esa línea mística que tiene. En realidad ella dice "el amor" no la luz. Ella dice, donde entra el amor desaparece el miedo, no hay lugar para ambas cosas. Y también dice que el amor tiene que ser fácil. Ella dice muchas cosas que muchas quisiéramos creer. Pero hay un punto donde una empieza a ser desconfiada y aunque siempre apueste al amor, termina despertándose sin saber qué pasa chupando un palo sentada sobre una calabaza como dice Serrat. Y la ola te revuelca un poco, pero te volvés a parar y lo intentás de nuevo, porque esa es la filosofía de la casa, no quedarse en el suelo por mucho tiempo. Pero los intentos vuelven a ser fallidos y las olas ni siquiera son muy grandes pero igual te dejan en la orilla. <div><br /></div><div>Hasta que un día, sin planearlo, aparece un bote y te invita a navegar. Aunque te subís desconfiada al principio vas sintiéndote segura y a salvo, y la luz aparece y los miedos se fugan y no hay revolcón en la orilla, ni golpes en las rocas, se navega y se navega, y se avanza y se descubren nuevos horizontes, y eso se parece bastante a la felicidad. Y puedo llegar a la conclusión de que tenía razón mi psicóloga, todo puede ser más fácil, o por lo menos debería. </div><div> </div>kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-70069733056065582262010-09-07T19:42:00.004-03:002010-09-07T22:57:26.863-03:00díasHay días buenos, malos y de los otros. Creo que los últimos son los peores. Cuando tenés el pecho apretado sin saber porqué es difícil encontrar una solución. <div><br /></div><div>No hay motivo aparente, salió el sol, hace menos frío, da la sensación de que derrotamos al invierno, el entorno está más o menos encaminado, tengo una pila de cosas pendientes que intento encarar pero nada distinto a otros días, la casa limpia y la panza llena, pero el pecho sigue apretado. Le doy órdenes a la cabeza para que se despeje a ver si podemos respirar mejor y nada, dan ganas de dormir pero eso sería una cobardía, más teniendo en cuenta la pila de cosas pendientes que intento encarar. Sigo dándole vueltas...</div><div><br /></div><div>En fin, hay días buenos, malos y de los otros. Los últimos son los peores. </div>kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-22502063994051438812010-09-05T20:02:00.004-03:002010-09-05T20:28:21.787-03:00códigosTodo es cuestión de códigos. Señales que van y que vienen. El problema es la correcta interpretación y qué combinaciones emitimos nosotros. Con el tiempo una va aprendiendo y percibiendo y, de a poco, logrando el manual de decodificación. El problema surge cuando con determinado signo, que según nuestros estudios significaba una cosa, nos están diciendo otra. O, a pesar de las señales hacia un lugar, de repente hay un cambio de rumbo y vos te quedás ahí parada con los ojos abiertos intentando entender el señalero.<div><br /></div><div>Otro tema son las señales emitidas por una. Hay diferentes bibliotecas respecto a este tema. ¿Debemos ser transparentes y dejar fluir? ¿Debemos hacernos las duras y mantenernos distantes? ¿Debemos intentar confundir para que no se sientan seguros con el manual que tienen? ¿Tenemos que parecer estables y autosuficientes? ¿Tenemos que parecer desvalidas listas para ser salvadas? ¿Tenemos que negociar, ceder o imponernos? Miles de preguntas como estas y adhesiones variadas a las distintas corrientes filosóficas aparecen. </div><div><br /></div><div>¿No sería todo más fácil si compartiéramos el mismo código y, sobre todo, la luz verde?</div>kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-45342187000143301682010-08-29T23:14:00.003-03:002010-08-29T23:19:02.834-03:00inmoralidadHace días me da vueltas en la cabeza una idea. Si tenemos determinada edad, medianamente trabajamos en lo que nos gusta, tenemos más o menos resuelta la sustentabilidad económica, somos inteligentes, lindos y divertidos. ¿Por qué no arriesgarnos a ser felices realmente? ¿Por qué dejar que los miedos nos detengan? ¿Por qué refugiarnos en esa sensación de vacío si está en nosotros intentar realmente estar llenos? A esta altura creo que es inmoral la infelicidad para algunos.kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-6119165038189850212010-08-29T22:37:00.002-03:002010-08-29T23:12:12.050-03:00energíasParece que las energías estaban en otros lugares y me habían abandonado. Estas semanas me descubrí comiendo chocolate en cantidades industriales tratando de recuperarlas. Esto tiene otros efectos colaterales como empezar a ensanchar las caderas y un acné tardío irremediable. <div><br /></div><div>Para romper el círculo vicioso procuré otros caminos. Hubo muchas charlas con amigos, salidas, movimientos, reencuentros familiares y hasta un corte de pelo. Se viene setiembre, un nuevo año y ya empezamos a pensar en las vacaciones. Todo lo que queda en el medio es cerrar los ojos, respirar y tratar de llegar a la cima para que después sólo nos quede la bajada.</div>kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-74675360915641042202010-07-25T19:07:00.003-03:002010-09-05T20:29:42.409-03:00universo<div style="text-align: left;">Parece que nos estamos poniendo espirituales. De algo hay que agarrarse ¿no?, supongo que será eso. Últimamente nos encontramos hablando de señales y energías enviadas al universo esperando que nos las devuelva. Parece que marcar el número correcto es la alternativa, el problema es que no siempre sabemos cuál es la característica. Haciendo arreglos de diez números tomados de algunos vamos intentando llamar al lugar indicado.<br /><br />En algún caso está funcionando, me había quedado sin gas en la estufa y estaban de paro los que envasaban por lo que no se conseguía garrafa. Llegué a casa a las 21 y 30 horas pensando en cómo iba a sobrevivir a la noche sin morir congelada y ¡zas! En la puerta un repartidor entregándole una garrafa a una vecina que aceptó que yo le comprara otra. Estaba a salvo, no moriría de hipotermia.<br /><br />Hace dos días empezaba a darme vueltas en la cabeza el hecho de que encarar la tesis de doctorado quizá era algo que debería descartar. Sin tiempo, y cada vez menos motivación, tendría que asumir que a lo mejor esta no era tarea para mi y que lo académico empezaba a quedar fuera de mi horizonte. Ese mismo día una amiga mexicana que cursó conmigo se doctoró con honores y una llamada que habíamos estado esperando desde hace meses se concretó para confirmarnos que podemos hacer el libro. El tema de dicho libro roza con mi tema de tesis lo que se transforma en una motivación en sí y la autora, de la que seré ayudante, lo promueve todo así que nuevamente empecé a estar en carrera...<br /><br />Sé que todo depende de la mirada, pero estoy viendo señales por doquier. El universo está confabulando a nuestro favor. ¡Parece que conseguimos la contraseña correcta! Ahora será cuestión de usarla debidamente.<br /></div>kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-82574529149937370142010-07-19T22:05:00.004-03:002010-07-19T23:16:15.861-03:00cambiosA veces las cosas cambian sin que una se lo proponga. Otras veces con mucho esfuerzo. Creo que esta vez fue una mezcla de ambas. "Tal vez fue algo de la puesta de sol, o algún efecto secundario del té"... lo cierto es que la tristeza se fue. Un día me encontré vacía de angustia, ya había llorado todo lo que tenía para llorar, había mirado todos los vasos medio vacíos y sufrido todos los dominios de todos los domingos. Entonces, de repente, me cambié de lugar, ya no estoy donde estaba, no tengo claro donde estoy ahora, pero seguro que en un mejor lugar donde, a pesar de ser invierno, el sol sale todos los días.kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-45207860302997475702010-07-03T12:13:00.004-03:002010-07-03T12:58:39.689-03:00celesteLa "celeste" es una camiseta sufrida. Tiene un pasado glorioso asociado a una hazaña conquistada hace 60 años pero después, y sobre todo para nuestras generaciones, siempre fue una historia de derrotas y esperanzas frustradas. Hace 40 años, dicen los que saben, logramos llegar a este mismo lugar, pero aquella vez terminamos cuartos. Eso es lo más abajo que podemos quedar ahora también, pero también está toda la esperanza de dos partidos que nos pueden llevar a ser campeones.<br /><br />No importa lo que pase, la fiesta ya se está viviendo, la alegría en la calle, las banderas en las casas y en los autos, los niños vieron a Uruguay en el mundial primero y después lo vieron ganar y llegar hasta el final. Nuestras generaciones nunca vieron esto.<br /><br />Si existen los milagros ayer nos los gastamos todos, pero seguimos y las esperanzas se redoblan, aunque como buenos uruguayos (medidos) todos decimos que con esto ya nos damos por satisfechos, en el fondo es para evitar las frustraciones, pero queremos ser campeones sin dudas.<br /><br />Tabarez dijo ayer que "algo nos empuja a la gloria", y a coro contestamos, y sí, tres millones de personas están empujando, todos fuimos Suárez metiendo mano en el arco, todos fuimos el travesaño rechazando el penal que nos podía despertar del sueño, todos fuimos Muslera atajando los penales y todos fuimos Abreu, picándola y todo.<br /><br />Si podemos tomar el fútbol como metáfora de la vida ¿será momento de sacarnos el peso de la historia y construir la nueva mirada?kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-66652976098294022472010-06-27T17:01:00.003-03:002010-06-27T17:27:16.161-03:00metamorfosis¡Lindo día! Sí, a pesar de que está lloviznando mansamente y hace frío es un lindo día. Siempre depende de nuestras expectativas. Hoy es un domingo perfecto para estar sucuchada en casa, me levanté tarde despúes de un sábado muy bueno, y sigo de pijama, sin bañarme, con la bolsa de agua caliente, la estufa prendida, mirando de reojo algún partido del mundial con resultado previsible, preparando parciales, tomando té y planificando los días que vienen.<br /><br />No podría ser mejor el entorno para este domingo invernal. A pesar de la tos y la falta de voz, algo está cambiando internamente y es un alivio. El calor y color empiezan a hacerse cargo de mí de distintas formas y la metamorfosis está sucediendo dentro del capullo. Parece que en invierno las mariposas también son posibles.kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-41837613377361800172010-06-19T11:05:00.003-03:002010-06-19T11:12:18.477-03:00frustraciones<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSVBe1wDpMg7gmX9inOq4abeYT_RgTWFMmskCwzElXbJB-bh__4XO9kccu878LnDMwxfuYuyFicCZUE32VqWDWd5OMvMw8sCjEmSxgnWEIO6NZA57-YWoUyVWvok-Cv0-G6fqIug/s1600/tumblr_l3zh3nDwhU1qbha6to1_500.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 320px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSVBe1wDpMg7gmX9inOq4abeYT_RgTWFMmskCwzElXbJB-bh__4XO9kccu878LnDMwxfuYuyFicCZUE32VqWDWd5OMvMw8sCjEmSxgnWEIO6NZA57-YWoUyVWvok-Cv0-G6fqIug/s320/tumblr_l3zh3nDwhU1qbha6to1_500.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5484486121401781170" border="0" /></a><span style="font-size:78%;">Gracias http://suronosur.tumblr.com/</span>kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-19053559396587781432010-06-12T17:23:00.003-03:002010-06-13T23:17:08.044-03:00desasosiegoBuenísimo, para los catellanoparlantes, véanlo que lo van a entender perfectamente. Nos parecemos en todos lados. Con ustedes "Arròs covat".<br /><br /><object width="480" height="385"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/oKX1U_iX3wc&hl=es_ES&fs=1&"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/oKX1U_iX3wc&hl=es_ES&fs=1&" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="480" height="385"></embed></object>kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-89226522987059372052010-06-12T16:50:00.005-03:002010-06-16T14:30:23.172-03:00mujeresDiez mujeres de varias generaciones nos juntamos a disfrutarnos, compartirnos y sentirnos queridas y acompañadas. Cada una con su historia, con sus amores y desamores, con sus experiencias, cargas y felicidades, hablando todas juntas en algún momento y riéndonos a carcajadas en otro. No era la pretensión el exorcismo pero a mí me sirvió como tal. El aquelarre hace que la magia aparezca y el corazón se caliente. Cuarenta años de diferencia entre algunas pero hubo una comunión inexplicable, una mirada que no se entiende así de fácil.<br /><br />Hoy seguí tras esa mirada, pretendiendo entender algunas cosas del mundo, o por lo menos sentirlas más cercanas. Me puse a escuchar varios discos, algunos que compré hoy, otros que ya tenía, con distintos orígenes y momentos vitales, pero que hoy conforman la cosmovisión perfecta. <a href="http://www.youtube.com/watch?v=3ufPHH1nCyI">Ana Prada</a>, <a href="http://www.youtube.com/watch?v=eBlffs9qg0k">Julieta Venegas</a>, <a href="http://www.youtube.com/watch?v=BjK9Ms_KYMk">Martina Gadea</a>, <a href="http://www.youtube.com/watch?v=SlAYrVt4_jI&feature=related">Suzanne Vega</a>...<br /><br />Hay ciertos impulsos vitales inexplicables, hay pulsiones que nacen desde algún lugar sin saber por qué ni hacia dónde van, pero cuando el encuentro sucede la cosa cambia y el sol sale a pesar del invierno y la lluvia.<br /><br />¡Gracias a todas las mujeres de mi vida!kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-62474948893504368342010-06-10T21:51:00.005-03:002010-06-10T22:15:04.987-03:00perdidaConocerse claro está que necesita su tiempo, diría el Darno.<br /><br />Y sí, al principio uno nunca es su mejor versión, nervios, sobreactuación, exposición, torpezas varias. Más si a eso le sumamos presión y muchas expectativas. Si la necesidad de perfección instantánea supera a las ganas de exploración, seguramente, los intentos queden por el camino con el consecuente nuevo intento y así sucesivamente. Nunca llega el momento de relajarse y dejarse ser y eso cansa mucho.<br /><br />¿Cuándo le empezamos a pedir a la vida la satisfacción instantánea sin el esfuerzo que implica la construcción? ¿Cuándo comenzamos a descartarnos antes de darnos las oportunidades? ¿Cuándo se largó esta carrera y empezamos a dejarnos por el camino sin mirar para atrás? ¿Cuándo nos perdimos y dejamos de encontrarnos? ¿Cuándo se pasó todo este pedazo de vida? ¿Cuándo di vuelta la esquina y me perdí?kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-31692941122716315312010-06-08T21:15:00.004-03:002010-06-08T21:27:36.575-03:00decisionesVino y lentejas fue la cena de hoy. Hace frío y el clima no ayuda. Pero el espíritu está por aparecer.<br /><br />Creo que tengo que tomar algunas decisiones que me hagan más feliz. No puedo permitir que algo que hipotéticamente me debería hacer bien me haga sentir angustia y bronca. Tengo que dejar algún grupo. No puedo ser una profesora que va a desgano y se va peor.<br /><br />Pa'hacerla vamo'a hacerla bien, diría Olmedo. Así que intentaré tomar del todo las riendas de mi vida, dejarme de joder y ser infinitamente feliz. Decretado.kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-28694929930569154712010-06-06T17:26:00.005-03:002010-06-16T14:05:08.905-03:00aprendizajes¿Por qué es tan difícil de aprender que 8 por 7 es 56?<br />¿Y por qué eso no es lo más difícil que tenemos que aprender?<br />¿Por qué aunque repetimos mil veces que no hay que escribir ni actuar en determinadas situaciones, bajo determinados estímulos, lo terminamos haciendo irremediablemente?<br />¿Por qué una y otra vez tropezamos con la misma piedra?<br />¿Por qué después de alguna crisis emocional, por pequeña que sea, no nos alejamos de todo teléfono y computadora que pueda generar una situación peor?<br />¿Por qué después de una noche terrible (causada por dolores menstruales, sobredosis de analgésicos con cafeína, falta de sueño y alguna situación exaltante) sólo me puedo acordar del "pavo inductivista de Popper" que después de acumular pruebas pronosticaba que comería todos los días a las 9 de la mañana (como hasta ese momento) justo la mañana de navidad?<br />¿Por qué todo eso termina bajo el título "disquisiciones inútiles de una noche de insomio", lo único creativo de toda la situación?<br />¿Por qué la sensación de insatisfacción permanece aunque le demos un 8 a la vida?<br />¿Por qué 8 por 7 no es lo más difícil que tenemos que aprender?kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-34340786849926795392010-06-02T23:06:00.004-03:002010-06-02T23:20:15.007-03:00pararEl tiempo vuelve a ser una de mis preocupaciones, o vuelve a aparecer en estas líneas porque nunca dejó de ser parte de mis preocupaciones ciertamente. Falta de tiempo en general: para dormir, para estudiar, para llegar, para amar, para soñar... para todo. Sacarle horas a una cosa para hacer la otra parece ser la consigna. Vivo corriendo atrás de algo sin saber qué es lo que corro. Tengo ganas de parar pero no sé cómo. ¿Será contrapedal?kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-41077411072790675822010-05-27T21:46:00.006-03:002010-06-16T14:03:58.355-03:00sonidosHacía tiempo que no habitaba tanto rato seguido mi casa. La ley de las compensaciones debe estar detrás de esto, tantas ausencias seguidas que me obligan a dejarla por varios días hace que con esta gripe me vea obligada a quedarme adentro dos días enteros. Verla amanecer y anochecer desde adentro tiene su magia y los sonidos que lo acompañan también. Las rutinas laborales evitan que pueda disfrutarlo entre semana de esta forma.<br /><br />Me levanto, abro las persianas, que evitan la luz mañanera en mi cara sobre la almohada, calzo las pantuflas y bajo las escaleras. Prendo la radio y la computadora antes que cualquier otra acción. Levanto persianas y corro cortinas, también es bueno que entre la luz en el <span style="font-style: italic;">living</span>, donde me dispongo a vivir el día entero. Está claro que ayer el día fue parecido, es sin duda el habitat de una persona encerrada, miles de cosas sobre la mesa ratona, el sillón abierto con el acolchado sobre él y la bolsa de agua caliente (ya fría) debajo.<br /><br />Afuera se sienten voces de niños que juegan, pocas pero cercanas. Me hago el café con leche, chequeo el correo y miro el <span style="font-style: italic;">facebook</span>. Me rio un rato con la radio y me pongo a corregir un artículo que tenía que haber entregado hace unos días. Me da sueño y pienso si es verdad que estoy enferma o me estoy haciendo la viva para quedarme sucuchada en casa durmiendo calentita...<br /><br />Apago la radio para concentrarme, escribo un rato y duermo otro. Me levanto y sigo escribiendo. Termino una versión no muy buena del trabajo y se lo mando a mis compañeros, no puedo hacer más por hoy. El sol se fue hacer rato y no me di cuenta.<br /><br />Ahora, después de un rato de tele, invade el sonido de los tambores que vienen desde la esquina. ¿Estarán ensayando algo?, ayer sonaron como hasta la 1 de la madrugada, que fue cuando recobré la conciencia y me trasladé del sillón a la cama. Pasos de vecinos, una moto que pasa, ollas que se acomodan en alguna cocina para comenzar a preparar la cena y las teclas que repiquetean.<br /><br />Segundo día de reclusión que se va terminando, mañana saldré y me encontraré con los sonidos del afuera. Pero todavía me queda un rato más de nido.kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-77524308584609171012010-05-26T20:42:00.002-03:002010-05-26T20:54:36.756-03:00convivenciaCinco horas y varios litros de té después me propongo escribir en este <span style="font-style: italic;">blog</span> abandonado. Repasé cada uno de sus <span style="font-style: italic;">post</span> y me entreveré con sus temas recurrentes. Pasan las hojas y vuelvo sobre lo mismo. ¿Será que sólo de esto está compuesta mi vida, disquisiciones sobre el amor, el tiempo y la felicidad? No sé por qué lo abandoné, me gusta encontrarme en pensamientos de hace un tiempo y descubrir las palabras.<br /><br />Un temor que apareció hace como un año, cuando lo estaba dejando, fue el cambiarlo por otro y aunque no quería fue lo que hice. Descubrí que con el otro la cosa era más simple y obtenía mayor respuesta. Ahora me doy cuenta que no se pueden comparar y que ambos pueden tener un lugar en mi vida. Que son distintos y que despiertan cosas diferentes en mi.<br /><br />Espero que este retorno sea para quedarme y reencontrarme, más allá de las gripes, el cansancio o el tiempo esquivo.<br /><br />¡Que vivan el <span style="font-style: italic;">blog</span> y el <span style="font-style: italic;">facebook </span>dentro de mi y fuera!kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-14251966364418324802010-05-23T22:20:00.005-03:002010-11-21T13:59:07.787-02:00pecadora<object width="500" height="385"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/3ufPHH1nCyI?fs=1&hl=es_ES"></param><param name="allowFullScreen" value="true"></param><param name="allowscriptaccess" value="always"></param><embed src="http://www.youtube.com/v/3ufPHH1nCyI?fs=1&hl=es_ES" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="500" height="385"></embed></object>kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-30016693595838417872010-03-29T10:45:00.001-03:002010-03-29T10:47:09.975-03:00adicciónHace unos días, en una de las charlas informativas de la Licencitaura en Gestión Cutural y Economía Creativa del Claeh, escuché por primera vez la expresión "adicción racional". <br /><br />José Alonso, economista que tiene a la cultura como su objeto de estudio, comenzó a explicar que con las artes y expresiones culturales nos pasa como con las drogas, cuanto más te exponés y las consumís más ganas de volver a experimentar tenés. Con la cultura, además, la mayor exposición hace que se logre un mayor disfrute porque se comprenden mejor sus distintas "puntas" y se logra mayor profundidad. Esto está vinculado además con el capital cultural y, cosa que parece obvia, el consumo y disfrute de adulto depende del consumo en las etapas más jóvenes. Bueno, algo de eso es lo que pude entender.<br /><br />Inevitablemente, para poder interiorizarlo, uno va a su experiencia personal y pude ponerle nombre a lo que me pasa con el carnaval: tengo una adicción racional. Pero supongo que todo tiene su relatividad. Me di cuenta que sí mi experiencia como adulta tiene que ver con mi consumo y disfrute de niña y sobre todo de joven. Pero también me di cuenta que, si bien logro una profundidad en el análisis, comparo, tengo parámetros y casi una obligación de participar, ya no disfruto como algunos que no están tan por dentro. Me cuesta carcajearme con un buen chiste, me cuesta sorprenderme y no pensar "está bien pero se está repitiendo con lo que hicieron hace dos años" o "ese chiste lo hicieron en el 99" o "el remate estaba cantado". <br /><br />A veces me gustaría no tener tanto capital cultural respecto al carnaval y que espontáneamente me importe un bledo si esa música ya la usaron o si el chiste es viejo, y disfrutar soberanamente, sin memoria y sin medida.kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-22659498314343651052010-02-11T14:55:00.001-02:002010-02-11T17:28:33.208-02:00sonrisaHasta ahora sonreíste siete veces. Por supuesto que las tengo contadas. Hace un rato increíblemente largo que vengo mareándote con mis palabras, por estrategia o por desesperación, y verte sonreír es –me parece- la única huella que puede llegar a indicarme si voy bien o si estoy perdido.<br /><br />La primera fue la más fácil. Las difíciles fueron desde la segunda en adelante. Tu primera sonrisa fue automática, impersonal. Fue un reflejo de la mía. Casi un acto de imitación involuntaria. Un tipo joven se acerca a tu mesa, se te planta adelante y te dice “hola” mientras sonríe y vos, que estabas absorta mirando hacia fuera, hacia la calle, volvés de tu limbo y contestás aquella sonrisa con una igual, o parecida.<br /><br />A partir de entonces las cosas se complicaron. Fue mucho más difícil conseguir que soltaras la segunda. Porque este desconocido que era –que sigo siendo- yo, sin dejar de sonreír, te pidió permiso para ocupar la silla vacía de tu mesa. Unos minutos –prometí-, no demasiados. Un rato, porque tenía que decirte algo. Entonces de tu rostro se fue aquella sonrisa, la primera, la del reflejo o el saludo, la que era nada más que un eco de la mía. Y en su lugar quedaron la extrañeza, la incertidumbre, las cejas un poco fruncidas, un ápice de temor. ¿Qué quería este desconocido? ¿De dónde lo habían sacado?<br /><br />Como te sostuve esa mirada, como aguanté a pie firme este bochorno precisamente por causa y por culpa de esa mirada tuya, no de esa pero sí de otra nacida de los mismos ojos –la que tenías mientras mirabas hacia fuera del café sin ver a nadie, ni a mí ni a los otros, justo cuando yo pasaba corriendo por Suipacha-, como te la sostuve, digo, vi que estabas a punto de decirme que no, que no podía sentarme a tu mesa. ¿Dónde se ha visto que una chica acepte sin más ni más a un desconocido en su mesa, sobre todo si el desconocido tiene el traje desaliñado, la corbata floja y la cara empapada de sudor, como si llevara unas cuantas cuadras lanzado a la carrera?<br /><br />Ibas a decirme que no, y si no lo habías hecho aún era porque en el fondo te daba algo de pena. Fue por eso, porque se notaba en tu rostro que ibas a decirme que no, aunque te diera pena, que alcé un poco las manos como deteniéndote, y te rogué que me dejaras hablarte de los uruguayos del Maracaná.<br /><br />Para eso sí que no estabas lista. No había modo de que lo estuvieras. ¿Quién hubiese podido estarlo? Te habrá sonado igual de loco que si te hubiera dicho que quería contarte sobre la elaboración de aserrín a base de manteca o sobre la inminente invasión de los marcianos. Pero la sorpresa tuvo, me parece, la virtud de desactivarte por un instante la decisión de echarme.<br /><br />Y en ese instante, como en el resto de esta media hora de locos, no me quedó otra alternativa que seguir adelante. ¿Te fijaste cómo hacen los chicos chiquitos, cuando se pegan sigilosos a las piernas de sus madres mientras ellas están atareadas en otra cosa, para que los alcen a upa aunque sea por reflejo y sin distraerse de lo que están haciendo? Más o menos así me dejé caer en la silla frente a vos. Sin dejar de hablar ni de mirarte, y sin atreverme a apoyar los codos sobre la madera, como para que mi aterrizaje no fuese tan rotundo.<br /><br />Para disimular no tuve más opción que lanzarme a hablar, aunque no supiese bien por dónde empezar y por dónde seguir. Arranqué por la imagen que a mí mismo me cautivó la primera vez que alguien me puso al tanto de esa historia: once jugadores vestidos de celeste en un campo de juego, rodeados por doscientos mil brasileños que los aplastan con su griterío furioso, a punto de empezar a jugar un partido que no pueden ganar nunca.<br /><br />Te dije eso y tuve que hacer una pausa, porque si seguía amontonando palabras esa imagen iba a perder su fuerza. Y noté que querías seguir escuchando, y no por el arte que tengo para contar, sino porque ese es un principio tan bello y tan prometedor para una historia que a cualquiera que la escuche sólo le cabe seguir atento para enterarse de lo que pasa con esos once muchachos.<br /><br />Me pareció entonces que era el momento de agregarte algunos datos que te ubicasen mejor en esa trama. Año 1950, te dije, Campeonato Mundial de Fútbol, partido final Brasil-Uruguay, Río de Janeiro, 16 de julio, tres y media de la tarde, te dije.<br /><br />Esa fue la segunda vez que sonreíste. Una sonrisa extrañada, a lo mejor desconcertada, a lo peor compasiva, pero sonrisa al fin. Ya no tenías temor de que este tipo locuaz de traje gris fuese un asesino serial o un esquizofrénico. Podía ser un idiota, pero en una de esas, no. Y la historia estaba buena. Por eso te seguí pintando el panorama, y te conté que los brasileños llegaban a ese partido final después de meterle siete goles a Suecia y seis a España. Y que Uruguay le había ganado por un gol a los suecos y había empatado con los españoles. Y que con el empate le alcazaba a Brasil para ser campeón del mundo por primera vez.<br /><br />Ahí yo hice otra pausa, porque me pareció que tenías datos suficientes como para que la historia fuera creciendo en tu cabeza. “¿Sabés qué les dijo un dirigente uruguayo a sus jugadores, antes de salir a jugar la final?”, te pregunté. Vos no sabías, cómo ibas a saber. “-Traten de perder por poco. Intenten no comerse más de cuatro-. Eso les dijo. Les pidió que evitaran el papelón de comerse seis o siete. ¿Te imaginás?”, te pregunté. Y vos moviste la cabeza diciendo que sí, y yo me quise morir viéndote así, porque estabas imaginando lo que yo te estaba contando, y era una estupidez, pero fue entonces, hace veinte minutos, que tuve la intuición fugaz de que era el primer diálogo que teníamos en toda la vida. Vos estabas ahí, o mejor dicho vos estabas ahí dejándome a mí también estar ahí porque te estaba contando de los uruguayos. Era esa historia la que me tenía todavía vivo en el incendio de tus ojos, y por eso te seguí contando.<br /><br />Esos once muchachos vestidos de celeste entraron a cumplir con un trámite, te dije. El de perder y volverse a casa. Para eso el Maracaná recién estrenado, las portadas de los diarios impresas desde la mañana, el discurso del presidente de la FIFA felicitando a los campeones en portugués, la mayor multitud reunida jamás en una cancha, los petardos haciendo temblar el suelo.<br /><br />“Con decirte –proseguí- que la banda de música que tenía que tocar el himno nacional del ganador no tenía la partitura del himno uruguayo”, y abriste mucho los ojos, y yo te pedí que no abrieras los ojos así porque podías tumbarme al suelo con la onda expansiva, y esa fue tu tercera sonrisa, con las mejillas un poco rojas asimilando el piropo cursi y suburbano. Supongo que yo –definitivamente enamorado- también me puse colorado, y salí del paso contándote el partido, o lo que se sabe del partido, o lo que no se sabe y todo el mundo ha inventado del partido. Un Brasil lanzado a lo de siempre: a triturar a sus rivales, a engullir seleccionados, a llenarle el arco de goles a todo el mundo, a sepultar rápido los noventa minutos que los separaban de la gloria. Un Uruguay chiquito, un Uruguay estorbo, un Uruguay que molesta y pospone el paraíso. Un Uruguay ordenado y prolijo que le cierra todos los agujeros y los caminos, y un primer tiempo que termina cero a cero pero es casi lo mismo porque el empate le sirve a Brasil.<br /><br />“Y empieza el segundo tiempo y a los dos minutos –continué- Friaca marca un gol para Brasil”. Entonces fruncí los labios y moví las manos en ese gesto que quiere decir “listo, ya está, asunto terminado”, y que vos interpretaste a la perfección, porque te pusiste un poco triste.<br /><br />“Imaginate lo que era el Maracaná después del 1 a 0”, agregué. Los uruguayos ya tenían que meter dos goles, y en realidad lo más probable era que Brasil les metiera otros cuatro antes de que esos pobres muchachos consiguieran llegar a la otra área.<br /><br />Creo que ese fue el momento más difícil. No digo de esa final del Mundo. Me refiero a nuestra charla, o más bien a mi monólogo. Tal vez te suene ridículo –en realidad lo lógico es que todo esto te suene absolutamente ridículo-, pero evocar ese instante del gol de Friaca, con todo el mundo enloquecido y feliz alrededor de esos once uruguayos náufragos me hizo sentir a mí también el frío mortal de la derrota. Y estuve a punto de rendirme, de ponerme de pie, de ofrecerte la mano y despedirme con una disculpa por el tiempo que te había hecho perder. No sé si te ha ocurrido, eso de entusiasmarte hasta el paroxismo con alguna idea que apenas la echás a rodar se vuelve harina y es nada más que pegote entre los dedos. Así quedé yo en ese momento.<br /><br />Pero entonces me salvó tu cuarta sonrisa. Al principio no la vi, porque me había quedado mirando tu pocillo vacío y el vaso de agua por la mitad. Por eso me preguntaste “¿Y?”, como diciendo qué pasó después, y entonces no tuve más remedio que alzar la vista y mirarte. Tenías la cabeza apoyada en la mano, y el codo en la mesa y los ojos en mí. Y tus labios todavía no habían desdibujado esa sonrisa de curiosidad, de alguien que quiere que le sigan contando el cuento.<br /><br />No me quedó más remedio –o lo elegí yo, es verdad, pero a veces es más fácil elegir cuando uno piensa que no tiene más remedio- que caminar hasta el fondo del arco y buscar la pelota para volver a sacar del mediocampo. Recién, hace quince minutos, lo hice yo; en el ’50, en Río, lo hizo Obdulio Varela. El cinco. El capitán de los celestes. Te dije que según la leyenda se pasó cinco minutos discutiendo con el árbitro para enfriar el clima del estadio. Pero son tantas las leyendas de esa tarde que si te las contaba todas no iba a terminar nunca. Esos uruguayos, pobres, habrán gastado mucha más saliva, a lo largo de sus vidas, desmintiendo las fábulas de lo que no fue que relatando lo que sí pasó.<br /><br />Se reanudó el partido. Y yo, contándotelo, hice más o menos lo mismo. A esa altura se supone que está todo dicho y todo hecho –te situé-: Uruguay pudo resistir el primer tiempo completo. Ahora que entró el primer gol tiene que entrar otro más, y otros dos, u otros cuatro. Ahora la historia va a enderezarse y caminar derecha hacia donde debe.<br /><br />Pero el asunto se escribe de otro modo. Porque ese gol que Friaca acaba de meter no es solamente el primero de Brasil en esa tarde. También es el último. Nadie lo sabe, por supuesto. Ni los brasileños que juegan ni los brasileños que miran ni los brasileños que escuchan. Pero los once celestes sí parecen tenerlo claro.<br /><br />Tan claro que siguen jugando como si nada. Como si más allá de las líneas de cal se hubiese acabado para siempre el mundo. Tal vez por eso, porque están decididos ni más ni menos que a jugar al fútbol, desborda la camiseta celeste de Ghiggia por derecha, envía el centro y Schiaffino la manda guardar en el arco de Barbosa, que no lo sabe pero acaba de empezar a morir; aunque todavía le falten cincuenta años hasta que de verdad se muera.<br /><br />No sé si en otros deportes esas cosas son posibles. En el fútbol sí. Nada es para siempre, ni definitivo, ni imposible. ¿Será por eso que es tan lindo? Faltan diez, nueve minutos para que Brasil sea campeón con el empate. Pero Ghiggia se la toca a Pérez que se la devuelve profunda, como en el primer gol, por la derecha, hacia el área. El puntero celeste lo encara a Bigode y lo deja de seña, aunque se acerca peligrosamente al fondo y eso lo deja sin ángulo de disparo. Lo lógico es que Ghiggia tire el centro. Eso es lo que esperan sus compañeros, que le piden impacientes la pelota. Es lo que esperan los defensores brasileños, que tratan de marcarlos. Y es lo que espera el pobre Barbosa, que se mueve apenas hacia su derecha para anticipar el envío.<br /><br />Ahí vino tu quinta sonrisa. Fue de nervios. Faltó que te pusieras de pie para ver mejor, como hacen los plateístas en la cancha en las jugadas de riesgo. Esa fue la menos mía de todas tus sonrisas. Pero no me molestó, casi al contrario. Esa sonrisa fue toda para Ghiggia, para alentarlo a lograr lo que en apariencia no podía salirle: sacar el balinazo al primer palo, meter el balón entre Barbosa y el poste. Prolongaste tu sonrisa para acompañarlo en su carrera con los brazos en alto, esa carrera a solas, a solas porque sus compañeros simplemente no pueden creer que la pelota haya entrado por donde no había sitio para que entrase.<br /><br />A esa altura me faltaba contarte poco. El público enmudeció de pavor, y a los jugadores de Brasil el alma se les llenó de malezas heladas. Y ahí llegó tu sexta sonrisa. Esta fue confiada. Ya habías entendido cómo terminaba la historia. Lo único que querías era que te lo confirmase. Te agregué una última leyenda, porque aunque tal vez también esa sea mentira, de todos modos es hermosa. Con el tiempo cumplido, cayó un centro al área de Uruguay. El uruguayo Schubert Gambetta alzó los brazos y tomó la pelota con las manos. Sus compañeros se querían morir. ¿Cómo va a cometer ese penal infantil en una final del Mundo, con el tiempo cumplido? Lo increpan, lo insultan. Gambetta los mira sin entenderlos. Se defiende, tal vez a los gritos, tal vez lo hace llorando. Les dice que miren al árbitro. Les pregunta si no lo escucharon. Porque aunque parezca imposible, Gambetta es el único que ha escuchado el pitazo final. Es el único que ha sido capaz de discriminar de entre todos los ruidos –el de la pelota, el de las voces, el del pánico- el sonido del silbato. Los demás terminan por entender que es cierto: el partido ha terminado, Uruguay es campeón del mundo.<br /><br />Y cuando hice un segundo de silencio después de la palabra “mundo”, tu séptima sonrisa se iluminó del todo, en el alborozo de saber que esos once muchachos de celeste habían sido capaces de saltar todas las trampas del destino para volverse a Montevideo con la Copa. La tortuga que derrota a la liebre, el mendigo hecho príncipe, David contra Goliat, pero con pelota.<br /><br />Si hubiese ganado Brasil nadie se acordaría demasiado del 16 de julio de 1950. Lo normal no se recuerda casi nunca. Pero ganó Uruguay, un partido que si se hubiese jugado mil veces Uruguay debería haber perdido novecientas cincuenta y empatado cuarenta y nueve. Pero de las mil alternativas Dios quiso que cayera esta: Uruguay da el batacazo más resonante de la historia del fútbol, y más de medio siglo después yo me acerco a tu mesa y te lo cuento.<br /><br />Hoy es 28 de julio. Pero si vos ahora me decís que me levante y me vaya, da lo mismo que sea 37 de noviembre. Lo del 37 de noviembre te lo dije recién, hace dos minutos, pero tu sonrisa no llegó a ser porque viste mi expresión seria y te contuviste. Porque ahora hablo más en serio que en todo el resto de esta media hora que llevo sentado enfrente tuyo. Y si vos ahora me decís que me vaya, yo me levanto, dejo tres pesos por el café, te saludo alzando una mano, me mando mudar y sigo por Suipacha para el lado de Lavalle. Y vos de nuevo te ponés a mirar por la vidriera.<br /><br />Igual andá con cuidado, porque es muy probable que si reincidís en eso de mirar hacia afuera con esos ojos que tenés, otro tipo haga lo mismo que yo, se enamore y entre. Más difícil será que te cuente una historia como esta que acabo de contarte, pero algo se le ocurrirá, mientras intenta no perderte. Pero bueno, pongamos que eso no sucede, y el resto de los hombres te deja en paz, mirando hacia la calle. En ese caso, de aquí a unos minutos se te irán borrando de la memoria los tonos de mi voz y los detalles de mi cara.<br /><br />Y ahora viene lo más difícil. El problema es que los uruguayos pueden acompañarme hasta aquí y nada más. De ahora en adelante es imposible. Y mirá que, para esos tipos, no parece haber muchas cosas imposibles. Pero lo que falta por hacer es asunto mío. O mío y tuyo, pero no de ellos.<br /><br />Lo que me falta contarte es el final, o el principio, según se mire. Me falta hablarte de mí, hace media hora, corriendo como un loco por Suipacha hacia Corrientes. Tarde, tardísimo, porque hoy todo me salió al revés desde el momento mismo en que abrí los ojos, esta mañana. El despertador que no sonó, o que me olvidé de poner, el golpe que me di con el borde de la puerta en plena frente, los dos colectivos que pasaron llenos y me dejaron de seña en la parada, el subte que fui a tomar desesperado por no llegar tardísimo al trabajo y que hizo que fuera corriendo por Suipacha desde Rivadavia y no desde Paraguay, y el semáforo de Corrientes que pasa al verde diez segundos antes de que llegue a la esquina y los autos que arrancan y yo que me agacho con las manos sobre los muslos intentando recuperar un poco el aliento, mientras giro de espaldas a la calle y me topo con el bar y con tu codo en la mesa y tu cabeza en la mano y tu mirada en el vidrio pero viendo nada.<br /><br />No importa lo primero que pensé al verte. O sí, pero no es el momento. Tal vez haya oportunidad, alguna vez, de decírtelo. Depende.<br /><br />Lo que sí puedo contarte es que en ese momento, mientras me asaltaba el dilema de volverme hacia Corrientes y seguir corriendo hasta Lavalle o entrar a encararte es que vinieron los uruguayos. Llegaron en ese momento. Los once: Máspoli; González y Tejera; Gambetta, Varela y Rodríguez; Ghiggia, Pérez, Míguez, Schiaffino y Morán.<br /><br />Te parecerá tonto, pero esos uruguayos del Maracaná me sirven de talismán. No siempre. Sólo recurro a ellos en situaciones difíciles. A veces recito la formación, como rezando. O me los imagino en el momento de entrar a la cancha con cara de “griten todo lo que quieran, que nos importa un carajo”. O lo veo a Ghiggia en el momento de meter el balón por el ojo incrédulo de la aguja de Barbosa. Si Uruguay pudo en el ’50, me dije... en una de esas quién te dice.<br /><br />Por eso me desentendí del semáforo y de la calle Corrientes y entré al bar y caminé hasta tu mesa y te sonreí y vos, por reflejo, me devolviste tu primera sonrisa. Pero como te dije hace un rato el problema no son tus primeras siete sonrisas. El asunto es la que viene.<br /><br />Tengo novecientas noventa y nueve chances de que me digas que me vaya, y una sola de que me pidas que me quede.<br /><br />Porque ponele que yo ahora termino y vos sonreís: alguien lo mira de afuera y puede decir “¿Y qué tiene que ver que sonría? Puede sonreír porque piensa que estás loco, o que sos un tarado”, y es cierto, puede ser por eso. Y en una de esas es verdad.<br /><br />Pero también puede ser que no, que sonrías porque te gusté, o porque te gustó la historia que acabo de contarte. O las dos cosas: a lo mejor te gustamos mi historia y yo, y a lo mejor te estás diciendo que en una de esas para vos también este es un día especial. Un día distinto, ese día diferente a todos los otros días en que las cosas se salen de la lógica y la vida cambia para siempre, y a lo mejor pensás eso a medida que yo te lo digo y en tu cabeza se abre la pregunta de si no será una buena idea seguirme la corriente, por lo menos hasta dentro de medio minuto cuanto te invite al cine y a cenar, o hasta dentro de un mes o hasta dentro de un año o hasta dentro de cuarenta.<br /><br />Y puede que ahora sonrías una sonrisa que me indique a mí, que llevo media hora intentando leer las señales de tu rostro, que hoy no sonó el despertador y me pegué con el filo de la puerta y perdí los colectivos y corrí hasta el subte y vine corriendo desde Rivadavia y me cortó el semáforo y giré y vos estabas sentada en el café nada más que para esto, para que yo me atreva a rozar tu mano con la mía y vos de un respingo y me mires a los ojos con tus ojos como lunas y yo te sonría y vos también me sonrías, pero no con una sonrisa cualquiera sino con esta que te digo y que vos estás empezando a poner, ¿ves? Así: una sonrisa exactamente así.<br /><br />Una sonrisa exactamente así<br />Eduardo Sacherikariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-79267092526241472982009-07-14T11:55:00.002-03:002009-07-14T12:00:20.034-03:00etapasParece que estoy entrando en una nueva etapa. Pero como todas los grandes cambios en la historia, no se da de un día para el otro. Creo que es por eso que tengo un poco abandonando el blog.<br /><br />Hoy da comienzo la etapa de la tesis doctoral. Después de muchas idas y venidas, después de dos años y medios de espera, hoy, porque tengo un plazo sobre mi cabeza cual espada de Damocles, dio comienzo el esbozo de mi proyecto de tesis.<br /><br />A lo mejor esto hace que comience a alimentar nuevamente este espacio que está muriendo por inanición.kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-27500609766557628212009-05-18T14:00:00.002-03:002009-05-18T14:07:09.979-03:00adiosHoy E. me dijo que debía volver al blog y escribir algo a propósito de Benedetti. Acá estoy, y sí, se lo debo por haber acompañado mi adolescencia de cerca, por haberme acercado a la poesía y haber tendido puentes de palabras con mis amores.<br /><br />Hasta ahora Mario...<br /><br /><p>¿ Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo ?<br />Que uno sólo tiene que buscarlo y dárselo,<br />Que nadie establece normas salvo la vida,<br />Que la vida sin ciertas normas pierde forma,<br />Que la forma no se pierde con abrirnos,<br />Que abrirnos no es amar indiscriminadamente,<br />Que no está prohibido amar,<br />Que también se puede odiar,<br />Que el odio y el amor son <span>afectos</span><br />Que la agresión porque sí hiere mucho,<br />Que las heridas se cierran,<br />Que las puertas no deben cerrarse,<br />Que la mayor puerta es el afecto,<br />Que <span>los</span> <span>afectos</span> nos definen,<br />Que definirse no es remar contra la corriente,<br />Que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se dibuja,<br />Que buscar un equilibrio no implica ser tibio,<br />Que negar palabras implica abrir distancias,<br />Que encontrarse es muy hermoso,<br />Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida,<br />Que la vida parte del sexo,<br />Que el "por qué" de <span>los</span> niños tiene un porque,<br />Que querer saber de alguien no es sólo curiosidad,<br />Que querer saber todo de todos es curiosidad malsana,<br />Que nunca está de más agradecer,<br />Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo,<br />Que nadie quiere estar solo,<br />Que para no estar solo hay que dar,<br />Que para dar debimos recibir antes,<br />Que para que nos den hay que saber también cómo pedir,<br />Que saber pedir no es regalarse,<br />Que regalarse es, en definitiva, no quererse,<br />Que para que nos quieran debemos demostrar qué somos,<br />Que para que alguien "sea" hay que ayudarlo,<br />Que ayudar es poder alentar y apoyar,<br />Que adular no es ayudar,<br />Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara,<br />Que las cosas cara a cara son honestas,<br />Que nadie es honesto porque no roba,<br />Que el que roba no es ladrón por placer,<br />Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo,<br />Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte,<br />Que se puede estar muerto en vida,<br />Que se siente con el cuerpo y la mente,<br />Que con <span>los</span> oídos se escucha,<br />Que cuesta ser sensible y no herirse,<br />Que herirse no es desangrarse,<br />Que para no ser heridos levantamos muros,<br />Que quien siembra muros no recoge nada,<br />Que casi todos somos albañiles de muros,<br />Que sería mejor construir puentes,<br />Que sobre el<span>los</span> se va a la otra orilla y también se vuelve,<br />Que volver no implica retroceder,<br />Que retroceder también puede ser avanzar,<br />Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol,<br />¿ Cómo hacerte saber que nadie establece normas salvo la vida ?</p><span style="font-size:78%;">Desde los afectos</span><p><span style="font-size:78%;">Mario <span class="il">Benedetti</span></span><br /></p>kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-61910006707876774902009-04-13T21:59:00.001-03:002009-04-13T22:00:45.400-03:00descubrimiento"Toda cosa de importancia ha sido dicha antes por alguien que no la descubrió."<br /><br /><span style="font-size:78%;">Alfred Whitehead</span>kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-33524283.post-47793624459540392292009-03-24T20:59:00.004-03:002009-03-24T21:37:35.675-03:00beso<object width="425" height="344"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/tmSpaggU4E8&hl=es&fs=1"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/tmSpaggU4E8&hl=es&fs=1" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="425" height="344"></embed></object><br /><br />Está claro que <a href="http://180.com.uy/articulo/Denuncian-censura-en-Canal-10-a-campana-por-derechos-de-los-homosexuales">algunos no entienden nada</a> por no decir cosas peores.kariacohttp://www.blogger.com/profile/08500714375777485680noreply@blogger.com0